El otro día estaba leyendo algunos comentarios en una lista de paternidad en la que estoy inscrita, y leí un hilo sobre una madre que estaba preocupada sobre el desempeño académico de su hijo, preguntaba, ¿Qué es lo que debe saber un niño de 10 años?
La mayoría de las respuestas no solo me entristecieron, también me molestaron, una madre escribio una larga lista de todas las cosas que su hijo conocía, el nombre de los planetas, la división política de su país, la fórmula para calcular el área y perímetro de las figuras geométricas básicas, etc. Otros escribian respuestas similares, cada uno especificando la edad de sus hijos (muchos de ellos menores de 10) y la lista de cosas que sabian hacer. Otros pocos escribieron ligas a páginas donde se especificaban las cosas que debian conocer niños de diferentes edades. Aún menos dijeron que los niños se desarrollan de diferentes formas y que no tenia que preocuparse si su hijo estaba un poco adelantado o atrasado a su clase.
Me molestó que la mayoría de las madres respondieran a la preocupación de una de ellas con una lista de muchas otras cosas que sus hijos sabian hacer y que el de ella no. Vivimos en una cultura tan competitiva que incluso nuestros hijos se han convertido en trofeos y objetos de orgullo. La infancia no debería ser una carrera (ni la adultez).
Así que aquí esta mi lista de lo que un niño de 10 años o menor debería saber:
Debe saber que es y será amado completa e incondicionalmente todo el tiempo.
Debe conocer sus derechos y saber que su familia lo respalda.
Debe saber como mantenerse seguro en la calle cuando asi se requiera.
Debe aprender a confiar en sus instintos sobre las personas y a decir que no en circunstancias incomodas sin importar quien este presente.
Debe saber que esta bien usar su imaginación y que no importa si pinta el cielo de verde o le pone 6 patas al gato.
Debe reconocer sus intereses y sentirse empujado a conseguirlos, siempre y cuando no generen circunstancias extrañas.
Si se siente poco interesado por los números o la gramatica, como padres no deberíamos presionarlos, sino aceptar que con el fluir de la vida aprendera esos temas a su propio paso. En su lugar, deberiamos apoyarlos para descubrir sus verdaderos intereses, si es en pintura, musica, o deportes, debemos involucrarnos para ayudarlos a alcanzar la excelencia.
Debe saber que el mundo es un lugar mágico, así como lo es él, debe saber lo maravilloso, brillante, creativo, compasivo, y perseverante que es o puede llegar a ser. Y que es tan valioso usar el día para construir una silla, para hablar con sus abuelitos, para jugar con sus amigos como lo es prácticar las tablas de multiplicar, las fonética de las palabras, o la historia de su comunidad.
Más importante aún, aquí esta una lista de lo que creo los padres debemos saber:
Debemos saber que cada niño aprende a caminar, a leer, y a resolver problemas algebraicos a su propio ritmo, y que incluso si no aprende los últimos probablemente no será un obstaculo insalvable en su vida.
Debemos saber que el predictor más importante para los buenos resultados académicos vienen de la lectura, especialmente de la lectura compartida entre padres e hijos. No lo son los memoramas, los libros de ejercicios, ni las computadoras (ahí difiero, creo que una navegación compartida puede ser incluso más potente que una lectura compartida). Pasemos tiempo de calidad con ellos.
Debemos saber que no existe relación entre ser el primero en clase, el más inteligente, o el más popular con ser el más feliz. Estamos tan preocupados por darles a nuestros hijos “ventajas” que lo que en realidad hacemos es compartirles la vida estresada que ya vivimos nosotros. Una de las mejores ventajas que podemos darles, es la de una niñez despreocupada y feliz.
Debemos saber que nuestros hijos merecen estar rodeados por libros, arte, ciencia, religion y la libertad para explorarlos. La mayoría de nosotros estariamos felices de deshacernos del 90% de los juguetes de nuestros hijos y probablemente muchos de esos juguetes no serían extrañados, sin embargo algunas cosas son importantes, los juegos de lego o piezas que incentivan su creatividad, memoria o reconocimiento de patrones. Los instrumentos musicales, el acceso a pinturas, materiales, o a su propio espacio en el que puedan hacer lo que quieran, incluso si representa un enorme hoyo en el jardin que arruine la vista panorámica.
Debemos darles más de nosotros, nos hemos acostumbrado a pensar que tenemos demasiadas actividades que hacer que muchas veces la usamos de excusa para que alguien más se haga cargo de nuestros hijos. Si, tenemos derecho a baños de corrido, a salir con nuestros amigos, y a perseguir nuestros sueños. Sin embargo debemos estar concientes que nuestros hijos no necesitan nintendos, lecciones de balet o piano (a menos que asi lo deseen), televisiones o dinero sin limite, nos necesitan a nosotros. Necesitan padres que se sienten y escuchen como estuvo su dia, que colaboren con sus proyectos, que les cuenten cuentos, que les sigan la corriente, que caminen junto a ellos, que les asignen la mayor de sus prioridades, y que sepan que realmente nos gusta pasar tiempo con ellos.
Y ahora de regreso a esas listas de habilidades…
Se que es de padres querer comparar el desempeño de nuestros hijos con otros y asegurarnos que estamos haciendo lo mejor para ellos, por eso comparto una lista de las cosas que se suele enseñar a un niño desde el preescolar hasta la secundaria:
En mi casa, ocasionalmente reviso si existe un gran hueco en el desempeño academico de mis hijos, hasta el momento no lo ha habido, sin embargo si lo hubiera vería de que proporcion es, cuando es menor, simplemente lo dejo pasar, las personas aprenden esos temas eventualmente si son importantes para su vida, si el hueco fuera grande, mezclaria esos temas en la vida diaria, por ejemplo cortar una fruta en X numero de partes y luego preguntarle que las reparta equitativamente entre los asistentes, o sugerirle que escriba los recados cuando salimos de casa y corregir su ortografia, etc.
¿Qué es lo que un niño de 10 años necesita saber?
Mucho menos y mucho más de lo que creemos